En junio de 2023 se dío inicio al primer de los cuatro flashes solares que se van a extender hasta finales de siglo, tiempo en el cual la masa crítica de almas encarnadas en humanos alcancen la proporción necesaria para detonar éste evento.
Entretanto aquellas que no alcancen el gradiente suficiente y no puedan anclarse a la nueva malla dodecaedrica del planeta, están obligadas a desencarnar. Habiendo para ellas solo dos vertientes, la primera retomar sus procesos evolutivos en origen y la segunda continuar en la rueda encarnacional durante al menos todo el día solar, unos 13 mil años.
Sea cual sea el destino del alma ésta debe alinearse, calibrarse y ser formateada. Los mecanismos de control externo, la Matrix y entidades que han gobernado durante los últimos 1700 años el planeta evitan a toda costa que las almas retomen el cauce que debió tener el proyecto álmico original, pues se benefician nutriéndose de las manifestaciones de apego, dolor, sometimiento, miedo y culpa, entre otras muchas, que experimentan éstas al vivir una y otra vez la experiencia en la densidad de la materia.
Anclarse a madre tierra, activar la kundalini y conectar el Yo Soy, Yo Superior y Yo Cuántico, a la Fuente que todo lo Es, es la manera de apuntar en la direcciones correcta.
Seres en misión se desplazan a contribuir en el proceso a los puntos estratégicos del planeta que fueron activados recientemente.
Los fotones del sol emanan desde la fuente a través de los soles alineados de forma sincrónica y precisa. Sólo basta que el ser dispuesto se ancle y active, siendo un canal por el cual, a través de su ADN, fluirá la información que dará arranque al programa 5D para los próximos 13 o 26 mil años en la nueva tierra.